• Marcha distónica y coreoatetósica

    MARCHA DISTÓNICA


       La marcha distónica es característica de la distonía muscular deformante. En ocasiones, el primer síntoma de una distonía consiste en una inversión de la posición del pie durante la marcha. Ésta se realiza apoyándose sobre la parte externa del pie (con una eversión), que se contrae en la rotación interna del tobillo. Cuando el trastorno es más intenso pueden aparecer nuevas posturas patológicas con contracturas que elevan bien la cadera o el hombro o bien torsionan el tronco, el hombro o la cadera (tortícolis y tortipelvis). Las contracturas musculares asociadas a las distonías pueden ser intermitentes o fijas.


       Cuando se asocian la presencia de lordosis y elevaciones de la cadera la marcha el paciente puede adquirir un aspecto extraño, descrito por Oppenheim como «marcha de dromedario». Los espasmos de la musculatura torácica pueden originar ruidos respiratorios asociados. En las fases más avanzadas la marcha puede resultar completamente imposible.


    MARCHA COREICA


       Las causas más frecuentes de este trastorno de la marcha son la corea infantil de Sydenham, realmente ya prácticamente erradicada, o la propia de la enfermedad de Huntington en el adulto. La corea suele ser evidente por la presencia de movimientos permanentes y rápidos, cambiantes continuamente, de cara, tronco y miembros, incluyendo los dedos de la mano que hacen movimientos de «tocar el piano».


       Los movimientos empeoran con la marcha, asociándose bruscos movimientos de propulsión anteriores o laterales de la pelvis que pueden simular pasos de baile, que es lo que realmente da nombre a la enfermedad. Sin embargo no es habitual que se produzcan caídas por muy aberrante que parezca la marcha.


    MARCHA PARETOATETÓSICA O PARÁLISIS CEREBRAL TIPO LITTLE


       Habitualmente es consecutiva a la parálisis cerebral infantil por lesiones perinatales o enfermedades hereditarias, que combinan lesiones piramidales y extrapiramidales tempranas, cuyo prototipo sería la diplejía espástica de Little. Las lesiones más leves se limitan a una tendencia bilateral al equinovaro de ambos pies. En las más intensas se asocia una rotación interna de las caderas con hiperadducción de las rodillas, las cuales rozan una con otra o se cruzan claramente dando origen a la marcha «en tijera».


       Generalmente los pacientes andan sobre la punta de los dedos y con movimientos lentos. Los brazos también sufren hiperaducción de los hombros, con tendencia a la flexión del codo y el carpo. A veces se asocian movimientos serpentinos de brazos o piernas que oscilan entre la flexión-supinación y la extensión-pronación. La lenta marcha suele acompañarse de distonía en el cuello y muecas faciales.


       Las posturas de los miembros pueden ser asimétricas según la posición de la cabeza (reflejos tonicovestibulares), y el enfermo suele tender a extender el brazo hacia el cual rota la cabeza, con flexión del contralateral.