• Anticomiciales de primera generación.

    CARBAMAZEPINA

    Es el fármaco antiepiléptico clásico más estudiado para el tratamiento del dolor neuropático y el primero que mostró la utilidad de los antiepilépticos en el manejo de estos pacientes. Su mecanismo de acción consiste en la estabilización de las membranas neuronales pre y postsinápticas al bloquear los canales de sodio dependientes de voltaje, actuando así selectivamente sobre las neuronas estimuladas. Además, bloquea el receptor NMDA activado por sodio y calcio, y puede actuar sobre receptores de purinas, monoaminas y acetilcolina. En el dolor actúa disminuyendo la conductancia de sodio, potasio y suprimiendo la actividad periférica ectópica espontánea. Es el fármaco de primera elección para la neuralgia del trigémino, con el máximo nivel de evidencia, obteniendo respuesta en tres cuartos de los pacientes (Wiffen P., 2005, Cruccu G, 2008), también en el tratamiento farmacológico de la neuralgia del glosofaríngeo (Ceylan S, 1997) y se ensaya en cualquier dolor con características eléctricas. Como fármaco de segunda línea ha sido empleado en el tratamiento de las neuropatías dolorosas, fundamentalmente en la diabética (Rull JA, 1969), pero también en la alcohólica, urémica (Zarday J, 1976) o amiloide (Bada M., 1977), en el dolor asociado al síndrome de Guillain Barré (Tripathi HJ, 2000) o en los fenómenos paroxísticos dolorosos de la esclerosis múltiple (Bauer, 1978). Hay publicaciones en neuralgia postherpética, dolor tabético, dolor central postictus (Leijon J, 1989) o dolor regional complejo (Tremont I, 2000; Kingery WS, 1997). La dosis utilizada oscila entre 600 y 2400 mg, necesitando un lento titulado por somnolencia, siendo de interés el metabolismo hepático y su interacción con múltiples fármacos. Los efectos secundarios más frecuentes son sedación, náuseas, diplopia, vértigo y ataxia, de modo más raro osteoporosis, trastornos hepáticos, hiponatremia, rash cutáneo o efectos hematológicos (anemia aplásica, agranulocitosis, pancitopenia, trombopenia).

    OTROS ANTIEPILÉPTICOS CLÁSICOS

    La difenilhidantoína es otro fármaco que actúa, al igual que la carbamazepina, estabilizando las membranas mediante el bloqueo de los canales de sodio sensibles a voltaje, pero también modifica la conductancia de calcio y potasio e inhibe la liberación de calcio voltaje dependiente, la calmodulina y el sistema del segundo mensajero. Aunque con publicaciones antiguas, hoy es un fármaco de tercera línea en el tratamiento de la neuralgia del trigémino (Mauskop A, 1993), en la polineuropatía diabética (Saudek CD, 1977) y de modo curioso como fármaco en el tratamiento de exacerbaciones de un dolor neuropático por vía intravenosa (McCleane GJ, 1999). La dosis utilizada suele ser de 300 mg/d, pero sus interacciones, su cinética logarítmica y su perfil de efectos secundarios entre los que destaca el mareo, la ataxia, la sedación, la disartria, las alteraciones cognitivas, la hiperplasia gingival, el hirsutismo, el acné, la neuropatía periférica, la atrofia vermiana y las arritmias lo han desplazado a un uso marginal.

    El ácido valproico es un fármaco antiepiléptico de amplio espectro clínico, cuyo mecanismo de acción no es conocido en su totalidad, pero se cree que actúa sobre el sistema gabaérgico potenciando la inhibición postsináptica mediada por GABA, inhibiendo las enzimas que degradan el GABA y aumentando la síntesis de GABA mediante la estimulación de la glutamildecarboxilasa. Además inhibe la transmisión de aspartato, glutamato y gammahidroxibutirato. Por último, modifica la conductancia de los canales de calcio tipo T, de sodio voltaje dependientes y de potasio. A pesar de ser un fármaco neuromodulador muy usado en la profilaxis de la migraña al inhibir por su mecanismo gabaérgico la hiperexcitabilidad cortical (Aguggia M, 2007), su uso en dolor neuropático prácticamente se reduce a un estudio en neuralgia postherpética (Kochar DK, 2005) y como alternativa a la carbamazepina en los cuadros paroxísticos dolorosos secundarios a esclerosis múltiples en dolor central (Drenes AM., 1994). La dosis empleada oscila entre 600 y 2500 mg. Sus efectos secundarios son náuseas, vómitos, temblor, aumento de peso, alopecia y más raramente rash, alteraciones hepáticas, hematológicas o pancreatitis.

    El clonazepam es una benzodiacepina, cuyo mecanismo de acción consiste en ser agonista de la subunidad alfa del receptor GABA-A, lo que favorece la unión del GABA a la subunidad beta y la apertura de los canales de cloro. Hay estudios muy antiguos que mostraron su utilidad como fármaco de segunda línea en la neuralgia del trigémino (Court JA, 1976) y más recientes como coadyuvante en pacientes con dolor neuropático asociado al cáncer (Hugel H., 2003). Las dosis empleadas son de 1-4 mg, y sus efectos secundarios son: somnolencia, ataxia, alteración de la coordinación, hipotonía, efectos cognitivos, alteraciones del comportamiento, hiperactividad e inquietud.

    BIBLIOGRAFÍA

    - Aguggia M, D´Andrea G, Bussone G. Neurophysiology and neuromodulators. Neurol Sci 2007; 28: S7-100.
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