• Síndrome rígido-acinético

       El Síndrome rígido-acinético se caracteriza clínicamente por rigidez muscular, lentitud en la ejecución de movimientos (bradicinesia), disminución de la amplitud de movimientos (hipocinesia) y alteración del equilibrio. Es la consecuencia de un desequilibrio dopaminérgico que se puede producir a dos niveles: presináptico o postsináptico. Un infarto cerebral que afecte a la sustancia negra pars compacta (núcleo mesencefálico de células dopaminérgicas) o la degeneración de esta zona por enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Parkinson producen un trastorno pre-sináptico. La alteración a nivel de los receptores post sinápticos del estriado se ve en los Síndromes parkinsonianos atípicos, también denominados Sindromes Parkinson Plus.

       La bradicinesia e hipocinesia se manifiesta a nivel craneal como hipomimia (facies inexpresiva), disminución del parpadeo, hipofonía (voz baja), aprosodia (pérdida de inflexión al hablar), y babeo de saliva (por disminución de la deglución espontánea). En los miembros superiores se presenta como pérdida de gesticulación espontánea, micrografía (escritura lenta con letra pequeña), dificultad para movimientos finos como maquillarse o atarse botones y disminución del braceo al caminar. Los pacientes también se pueden quejar de caminar a pasos cortos, arrastrando los pies, tener dificultades para levantarse de las sillas o girar en la cama y lentitud generalizada en todos sus movimientos que hacen que tarden más en realizar actividades cotidianas como vestirse y asearse.

       Para objetivar la bradicinesia e hipocinesia en la exploración neurológica se le pedirá al paciente que realice movimientos rápidos y alternantes de miembros superiores inferiores de proximal a distal. Por ejemplo: pronar y supinar los antebrazos, abrir y cerrar la mano, realizar la pinza con el índice y el pulgar repetidas veces y taconear con el los pies elevando cada pierna una distancia mínima de 10 cm.

       La rigidez se define como un aumento del tono muscular a la movilización pasiva. En el síndrome rígido acinético la rigidez típica se denomina en rueda dentada ya que cede a trompicones. Se diferencia de la rigidez en tubo de plomo que es uniforme a lo largo de todo el rango de movilización y de la espasticidad en que está presente en todas las direcciones del movimiento, afectando igualmente a flexores y extensores y que no presenta el fenómeno de rigidez en navaja.

       La flexión postural es otro de los signos cardinales de este síndrome. El paciente progresivamente presenta flexión del cuello, tórax, codos, caderas y rodillas. El paciente camina sin braceo con los antebrazos delante del cuerpo y tiende a no levantar los pies del suelo al caminar. En casos extremos se puede ver camptocormia (anteflexión del tronco) e incluso desviación hacia un lado (Sd. de Pisa). Con la progresión de la enfermedad de base, se puede producir una pérdida de los reflejos posturales que normalmente corrigen la postura tras pequeñas perdidas de equilibrio producidas por obstáculos cotidianos (alfombras, aceras etc.) y el paciente refiere caídas. En la consulta, se deben explorar estos reflejos con el test del empujón, para el cual el examinador se coloca detrás del paciente y le tira de los hombros hacia atrás, desplazando su eje de gravedad. La persona debe recuperarse dando un par de pasos hacia atrás para evitar la caída. Si necesita más de dos pasos, los reflejos están leve-moderadamente alterados, si no se recupera (se caería si el examinador no lo impidiese), los reflejos están gravemente alterados.