Blog

Fecha publicación: 12-10-2011
Autor: David A. Pérez Martínez

La migraña es uno de los trastornos neurológicos más prevalentes. Algunos estudios ofrecen cifras de hasta el 15 % de la población, por lo que estamos hablando de millones de personas en todo el mundo. Es tan frecuente que a menudo pienso que no deberíamos hablar de enfermedad ni de trastorno, sino de rasgo o característica personal. Supongo que los que sufran migraña no estarán de acuerdo con esta afirmación… pero, a  veces, es importante reflexionar sobre el exceso de medicalización de los problemas de salud.

1003

Por todo ello, no es sorprendente que la industria farmacéutica haya buscado soluciones para el dolor de la migraña tanto en fase aguda (triptanes) como en la prevención de las crisis. Respecto a la prevención, disponemos de diversos fármacos que incluyen antagonistas del calcio como flunarizina, betabloqueantes, antidepresivos o antiepilépticos como topiramato. Actualmente, éste último es ampliamente usado como fármaco profiláctico por un efecto que se ha denominado “neuromodulador”, aunque en realidad no es bien conocido. Recientemente, un grupo sueco ha publicado en Cephalalgia los resultados de un estudio de prevención de la migraña analizando el beneficio del topiramato frente a remedios más “caseros”, que incluían un grupo con un programa de ejercicio físico (40 minutos, tres veces por semana) y otro grupo dónde se recomendaba, simplemente, un programa diario de técnicas de relajación. Los resultados no dejan de ser sorprendentes, las tres  intervenciones fueron igual de eficaces a la hora de reducir los episodios de migraña, sin diferencias significativas entre los grupos. En fin, a veces, remedios de baja tecnología son igual de eficaces (y más baratos) que el empleo de medicación. Y, por supuesto, con menor tasa de efectos adversos…